11-10-2023 | Como parte del actual juicio por delitos de lesa humanidad en Mendoza, el Tribunal Oral Federal 1 recorrió las instalaciones del EPM, donde funcionó el centro clandestino de detención conocido como D2. Sobrevivientes guiaron la inspección.
En el marco del décimo tercer juicio por delitos de lesa humanidad de la provincia, hubo una inspección ocular en el edificio en el que funcionó el Departamento 2 de Informaciones de la policía de Mendoza, ex centro clandestino de detención conocido como “D2”. El EPM recibió al Tribunal Oral Federal 1 de Mendoza, integrado por los jueces Alberto Carelli y Alejandro Piña y la jueza Paula Marisi. Como testigos, dos sobrevivientes guiaron el recorrido: Rosa Gómez y Eugenio Paris.
También participaron el fiscal general —Dante Vega—, el equipo de la oficina fiscalía que interviene —con Daniel Rodríguez Infante a la cabeza—, la defensora particular del imputado Cía —Agustina Rogé— y el defensor oficial del resto de los imputados —Leonardo Pérez Videla—. Además, estuvieron Juan Eduardo Bonoldi y Macarena Casals —de los organismos de Derechos Humanos— y la delegada local de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación —Natalia Brite—.
El juicio en curso investiga lo ocurrido con más de 300 víctimas y la participación del Departamento de Informaciones de la Policía de Mendoza (D2) en delitos cometidos antes y durante la dictadura. Se trata de operativos de secuestro, privaciones de libertad, desapariciones, violaciones y robos en el marco de la persecución política desatada por el aparato represivo estatal de la última dictadura.
Sobre el juicio
Por eso durante la inspección ocular recorrieron todas las instalaciones de lo que fue el D2: la playa de estacionamiento por donde ingresaban a las personas secuestradas, los 13 calabozos del entrepiso —once de ellos con dimensiones mínimas— con sus baños, las celdas de abajo, las dos salas de torturas y los espacios que eran oficinas operativas de trabajo cotidiano de policías del D2.
La fiscalía considera que la inspección ocular por las instalaciones de lo que fue el centro clandestino más grande de Mendoza es fundamental. Ver la disposición del lugar sirve para que las partes, particularmente el tribunal, pueda entender que todas las personas que prestaron funciones en el D2 perpetraron o conocieron lo que sucedió con cientos de víctimas en cautiverio allí dentro.