15.ª Baldosas por la memoria: en defensa de la universidad pública

20-11-2024 | En la jornada se colocaron nombres vinculados a la defensa y prestigio de la universidad pública argentina. Mauricio Amílcar López, Daniel Olivencia y Raquel Moretti ya forman parte del mar de memoria del EPM.

Noviembre fue el mes elegido para sumar baldosas en memoria de víctimas del terrorismo de Estado perseguidas por el régimen por su participación colectiva en ámbitos de la educación superior. La decimoquinta colocación se realizó el 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, en el marco de las acciones vinculadas al 22 de noviembre, fecha en que se celebra la gratuidad universitaria, establecida por decreto en 1949.

Participaron, especialmente, referentes estudiantiles, gremiales e institucionales de las universidades nacionales de San Luis y de Cuyo. La Agrupación Nietes, integrante del EPM, y la Asamblea Interfacultades tomaron la palabra en representación de las juventudes; el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), la Fundación Ecuménica de Cuyo (FEC), compañeros y compañeras de militancias y estudios de López, Olivencia y Moretti, se sumaron a familiares que participaron de la colocación.

Perfiles

Mauricio Amílcar López

Foto: @mari_127_

Mauricio nació en Bahía Blanca, el 18 de abril de 1919. Creció junto a sus hermanos y hermanas, en una familia vinculada a la Iglesia Evangélica de los Hermanos. Su padre trabajaba en Correos y Telégrafos. Cuando era joven, la familia se trasladó a Mendoza y Mauricio estudió filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo, donde, más tarde, también fue profesor. Escribió varios libros y realizó un doctorado en Filosofía en la Universidad de París. Fue un gran académico e intelectual de reconocimiento mundial.

Mauricio fue profesor de Lógica y filosofía, de Psicología y Pedagogía, y dictó cursos y conferencias como integrante del Consejo Mundial de Iglesias. Colaboró en la organización de la Conferencia Mundial de Iglesia y Sociedad bajo la consigna de “el compromiso cristiano en la revolución técnica y social de nuestro tiempo”.

En 1972, Mauricio López fue fundador —como pastor de la Iglesia de los Hermanos Libres— de la Fundación Ecuménica de Cuyo (FEC) y del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), junto a la pastora Alieda Verhoeven, el obispo metodista Federico Pagura, el exsacerdote católico Rolando Concatti, el referente cultural Oscar Bracelis, entre otras personas. La FEC trabajó fuertemente en la solidaridad con las personas que llegaron a Mendoza huyendo de la dictadura en Chile.

En 1973 fue nombrado rector de la recién creada Universidad Nacional de San Luis, cargo que ocupó hasta el golpe militar de 1976. Nora, una joven estudiante del profesor Mauricio López, lo recuerda como “una persona muy agradable, con sus ojos azules, profundos; su hablar pausado y reflexivo, su enorme capacidad para explicar y, más importante todavía, para escuchar la palabra de sus estudiantes ‘como si ellos y ellas le revelaran el mundo’. Se destacaba su profunda humanidad”.

“Pudo haberse ido”, piensan, pero él no pudo imaginar que existiese tamaña brutalidad. Mauricio López fue secuestrado el 1 de enero de 1977 de su casa de Mendoza. Estuvo detenido en el centro clandestino de detención de Las Lajas. Permanece desaparecido.

Mauricio tenía 57 años.

Daniel Horacio Olivencia

Foto: @mari_127_

Daniel nació el 7 de octubre de 1950 en Mendoza. Cursó la escuela secundaria en el Liceo Militar General Espejo. Comenzó la carrera de Psicología en la Universidad Aconcagua, luego siguió sus estudios en la Facultad de Antropología Escolar, donde fue presidente del centro de estudiantes y se recibió de psicólogo en diciembre de 1974. Fue la última cohorte que egresó allí.

El 1 de abril de 1977, esa facultad fue cerrada por la dictadura. Hasta hoy, solo quedó la opción privada para estudiar la carrera de Psicología. Daniel también tenía conocimientos avanzados en electrónica y era un deportista destacado en esquí y andinismo.

Estaba en pareja con Ana Montenegro, se conocieron mientras estudiaban psicología. Tuvieron una hija, Victoria. “Él era una persona muy especial, no solo físicamente, sino que también era inteligente y carismático. Se preocupaba por el otro y sabía que en su lucha se jugaba su propia vida”. Daniel realizaba trabajo social entre los sectores populares en Mendoza.

“Como hija —dice Victoria— me gustaría que se recuerde la preocupación que tenía de transformar una realidad injusta que se mantiene hasta estos días, y por no ser indiferente. Me emociona pensar que es muy fuerte el parecido con mi padre”.

Daniel militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y en la organización Montoneros. Compartió activismo y vivienda con María del Carmen Moyano y Carlos Poblete, pareja que fue desaparecida y cuya hija es la nieta de identidad restituida número 127, Miriam.

En 1975, el Comando Anticomunista Mendoza (CAM) puso una bomba en su casa. Daniel declaró, a diarios de la época, que sabía que el atentado fue por su compromiso con defender las conquistas estudiantiles. Luego, Daniel fue secuestrado y, gracias a sus compañeras y compañeros, pudo ser liberado. En el mismo año, le colocaron una segunda bomba. Se refugiaron con Ana en San Juan, continuaron la militancia, puso un taller de reparación de televisores y, en septiembre, nació Victoria.

Daniel fue secuestrado el 23 de octubre de 1976. Trató de resistir su captura, fue perseguido por la policía y herido de bala en la esquina de República del Líbano casi España, en Rawson. Lo llevaron a la Central de la Policía, luego no se supo más nada de él. Daniel tenía 26 años.

Raquel María Moretti Navarro

Foto: @mari_127_

Kelly, como le decían, nació el 27 de junio de 1949. Era la mayor de tres hijos del matrimonio de Emma y Horacio. Estudió en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús, se recibió de maestra y también daba clases de inglés.

Un poco después de terminar la secundaria, Kelly ingresó a la Escuela Superior de Periodismo, que luego cambió su nombre a Escuela de Comunicación Colectiva. Cursó toda la carrera y participó activamente del centro de estudiantes. Era seria e inteligente en las asambleas. Raquel tenía una relación con Edesio Villegas, también desaparecido.

Militó en Montoneros, en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y fue delegada sindical por el Ministerio de Economía, trabajo que tuvo que abandonar los primeros meses de 1976. Su sobrina, Carolina, recuerda que Kelly era una persona muy alegre, de muy buen carácter. “Teníamos una familia enorme, había muchos chicos y ella se encargaba de entretenernos para que no destruyéramos la casa de los abuelos”, cuenta.

Hasta que pasó a la clandestinidad, vivió con sus padres en la Ciudad de Mendoza. Su casa estuvo siempre abierta a juntadas, mateadas, reuniones entre estudiantes, compañeros y compañeras de militancia, y “eso se cortó cuando se produjo el golpe”. Huyendo de la persecución y la represión, Raquel se fue a San Juan, pero siempre procuró mantenerse comunicada con su familia. Su padre le ofreció irse del país, pero “ella en ningún momento quiso separarse de sus compañeros, de la organización”, contó su hermano.

Desde la clandestinidad, Raquel le escribió una carta a su tía Alicia Moretti, donde relataba que les había ofrecido a los militares entregarse para explicar el objetivo de la lucha. “Kelly escribió esa carta en lápiz, sobre un papel casi transparente”. Alicia la leyó, y fue la primera vez que Carolina escuchó la frase ‘justicia social’”.

Volvió a Mendoza y se alojó en la casa de su amigo Aldo Casadidío, en la calle Leopoldo Lugones de Ciudad. Allí sufrieron el secuestro y la desaparición el 7 de diciembre de 1976.

Raquel tenía 27 años.

No se puede enseñar la historia argentina sin derechos humanos y consensos democráticos

¡Que los nuevos planes de estudios no escondan la historia y la participación popular en defensa de los derechos humanos!

Desde EPM ex-D2, expresamos nuestro apoyo y adhesión al documento colectivo de docentes sobre el nuevo diseño curricular del profesorado de educación secundaria en Historia. Las reformas al diseño de esa carrera dejan afuera contenidos que son fundamentales en la historia argentina y en la promoción de los derechos humanos y los consensos democráticos, tanto sobre el funcionamiento de las instituciones como sobre la participación ciudadana.

Se eliminan los espacios curriculares Historia Argentina Reciente y su enseñanza (3.° año) y Ciudadanía, derecho y participación (4.° año).

El nuevo diseño incorpora algunos saberes de Historia Argentina Reciente en Historia Argentina III, pero disminuye su carga horaria: en términos reales es inviable darlos. En el diseño vigente, la experiencia demuestra que, como mucho, se alcanza a dictar hasta 1955.

Los contenidos referidos a la dictadura cívico-militar se abordan conceptual y pedagógicamente en el espacio de Historia reciente que desaparece. En el nuevo diseño no se contempla la pedagogía de la memoria, no se definen categorías de análisis adecuadas y se incorporan conceptualizaciones ampliamente superadas desde el punto de vista historiográfico, que invisibilizan el carácter sistemático de la construcción de enemigo interno y el plan de aniquilamiento .

Afirmamos, como movimiento de derechos humanos y en consonancia con procesos judiciales e investigaciones académicas, que los militares no “irrumpieron” y las dictaduras no son “inestabilidades”: cometieron crímenes de lesa humanidad y fue genocidio.

En el nuevo diseño desaparece el espacio curricular Ciudadanía, derecho y participación y sus descriptores no están en ningún otro espacio.

Actualmente, personas con representación política y función pública se apegan al negacionismo y los discursos de odio. Esto fermenta en una complejidad social atravesada por las nuevas formas de construcción de enemigos internos y pone en jaque los consensos democráticos construidos en 40 años. Desaparecer estos espacios de formación docente es eliminar, también, la comprensión de las luchas sociales como motor de conquista de derechos y promoción de la participación. Queremos formar docentes que respeten y hagan respetar los derechos humanos y el sistema democrático.

NUNCA MÁS es ahora.

Nunca Más es posible solo con una ciudadanía activa, crítica, conocedora de su historia y de sus derechos. La formación docente en general, y en Historia en particular, no puede sufrir la desaparición de estos contenidos. Hacerlo es atentar contra los valores de la memoria la verdad y la justicia como base de la ampliación de derechos en democracia.

Más información de IES con voz. Docentes autoconvocados de Educación Superior – Mendoza. “Por una reforma curricular participativa y democrática”

14.ª colocación de Baldosas por la Memoria

04-10-2024 | Junto a familiares, amistades, amores y gente cercana, colocamos cinco nombres más en nuestro mar de memoria. Esta vez, se hicieron presentes Paulo Laffite, Alfredo Escamez, Liliana Galarza, Miguel Poinsteau y Héctor Galeano. Además, colocamos una placa cerámica para recordar a nuestra compañera Sofía D’Andrea, militante histórica y pilar fundador de nuestro EPM.

¡30000 presentes ahora y siempre!

En el marco de la celebración por los 9 años de vida del Espacio para la memoria y los derechos humanos ex-D2, hicimos la décimocuarta colocación del proyecto Baldosas por la Memoria. La primera fue en el año 2020, el 12 de septiembre, día en que cumplimos 6 años.

Perfiles

Cada baldosa colocada, la acompañamos por la lectura de un perfil vital de la persona que homenajeamos. Estas biografías las trabajamos en el marco del proyecto Trayectorias de vida, que articula con el Colectivo Juicios Mendoza, el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (RUVTE) y los registros históricos de las biografías que realizó Susana Muñoz. También otras fuentes de información dedicadas a la memoria de los y las desaparecidas y asesinadas en relación a la dictatura cívico militar.

Miguel Alfredo Poinsteau Newman

Miguel nació el 22 de enero de 1943 en la Ciudad de Buenos Aires. Su padre era francés y su madre estadounidense. Estudiaba Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Cuyo y vivía en la Ciudad de Mendoza. Tenía muchos afectos y amistades que lo recuerdan como una persona entrañable, notoria y querida. También lo destacan como bondadoso, carismático, solidario y ético. Su amigo y compañero de estudios Alberto Gago, recuerda: “Un día íbamos caminando por la calle San Martin y había un muchacho que estaba tratando muy mal a una chica, se paró y se metió. Se metía en todas, no se bancaba la injusticia, no se bancaba el machismo”.

Miguel era fotógrafo, trabajó como tintorero y también en la agencia de publicidad Cesar Aldagón Propaganda. Hizo paracaidismo. Era Mago y fue vicepresidente de una asociación mendocina vinculada a esta actividad.

El 4 de noviembre de 1976, irrumpieron violentamente en su casa de calle Vucetich 3444 de la sexta sección de Ciudad. Personas de las fuerzas de seguridad y militares, probablemente de la Octava Brigada de Infantería de Montaña, robaron elementos y lo secuestraron. Fue llevado directamente al Departamento de informaciones 2 de la policía, aquí, al centro clandestino de detención “D2”. Colette Newman, su madre, lo buscó incansablemente, presentó habeas corpus a la Justicia, que nada hizo y que la cargó con los gastos de gestión. Miguel permanece desaparecido.

Miguel tenía 33 años.

Paulo Alberto Lafitte Agüero

Paulo nació el 9 de octubre de 1955 en la zona de Olivos, en Vicente López, provincia de Buenos Aires.
El 5 de febrero de 1976 comenzó el servicio militar como conscripto en la Escuela de Esquiadores de Alta Montaña 8, en la zona mendocina de Puente del Inca, Las Heras.

En el libro “El Escuadrón Perdido” de José Luis D’Andrea Mohr, se recuperan cartas entre Paulo y su madre, en las que él narra las violencias que sufría en la Compañía, su miedo por haber sido acusado de ser marxista y el temor ante el posible castigo: “allí decidieron que debían castigarme, todavía no sé en qué consiste el castigo pero sé que no será blando”, relató.
La última carta recibida fue el 11 de noviembre de 1976, allí Paulo anunció su baja e inminente vuelta a Buenos Aires, algo que jamás ocurrió.

El 24 de noviembre, las hermanas de Paulo fueron detenidas en Buenos Aires para amedrentar a la familia, las liberaron a la semana. Su madre viajó a Mendoza, habló con el mayor Fernando Barrault. Este jefe le dijo que Paulo había sido derivado al Hospital Militar acusado de consumos problemáticos junto a otros soldados. También le dijo que “dada su edad” lo más probable es “que ande por allí con una mujer”.
En el Hospital Militar le dijeron que Paulo había sido internado por solicitud del médico de la Compañía de Esquiadores porque consideraba que el joven padecía de “personalidad psicopática”, diagnóstico que fue reafirmado por una Junta Médica militar del 17 de noviembre de 1976.
Ya en Buenos Aires, cuando la señora decidió hacer nuevas averiguaciones o denuncias, le aconsejaron “desistir” para no poner en peligro la vida de sus dos hijas. Paulo jamás apareció.
Paulo tenía 21 años.

Héctor Armando Galeano Silva

Héctor nació en San José, Guaymallén, Mendoza. No sabemos qué día.

Le decían “El Doctor”. Fue presidente de la Cooperadora de la Escuela Nº 6 “Nuestra Señora de la Merced” de Villa Constructora en la localidad de San Justo, La Matanza, en la provincia de Buenos Aires. Allí vivía.
Héctor trabajaba en la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), en la seccional de Floresta. Desarrollaba tareas de empalmador desde el 14 de marzo de 1967.

Era militante peronista y delegado gremial en la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA).

Héctor era de San Lorenzo y participaba del Partido Peronista Auténtico.
Se casó con Dominga Celia Vélez, tuvieron 3 hijas y un hijo: Ana, Stella, Guillermo y Lily.

El 17 de noviembre de 1976 Héctor fue secuestrado en su casa de la calle Peribebuy, en La Matanza.
Junto con él, secuestraron a otros cuatro compañeros de militancia. Fueron llevados primero a la Brigada de San Justo, luego pasaron por un cuartel militar en Ciudadela y de allí fueron trasladados a un Centro Clandestino de Detención en Avellaneda, conocido como el Infierno o Infiernillo, donde fueron desaparecidos.
Héctor tenía 41 años.

Liliana Amalia Galarza

Liliana nació el 23 de junio de 1952 en Godoy Cruz, provincia de Mendoza. Allí creció junto a su madre, Blanca Mercedes Martínez; su padre, Martín Galarza; su hermana mayor, María Rosa; sus hermanos menores Osvaldo, Carlos y Héctor; y la hermana más chica, Patricia. Cursó la primaria en el colegio Compañía de María de Godoy Cruz y la secundaria en María Auxiliadora.

Le decían “Petisa” y en grupos militantes la conocían como “Diana” ó “Jimena”. Estudió ingeniería Química en Mendoza, en la Universidad Tecnológica Nacional-Facultad Regional Mendoza (UTN). Luego, ya viviendo en La Plata, estudió arquitectura en la Universidad Nacional de esa Ciudad. Trabajó desde 1971 en la oficina local de Gas del Estado. Fue cesanteada el 4 de marzo de 1977 por “abandono de servicio”. Su legajo fue reparado en el año 2012.

Era militante peronista, integrante de la Juventud Trabajadora Peronista (JTP). Estaba en pareja con Ricardo “Pancho” Molina.

El 18 de noviembre de 1976 fue secuestrada en la vía pública, en la ciudad de La Plata. Estaba embarazada de 4 meses, la mantuvieron recluida en el centro clandestino de detención Brigada de Investigaciones de La Plata, donde dio a luz a su hija Mercedes el 3 de abril de 1977.

En julio de 1977, desde el centro de detención permitieron que Liliana contactase a la familia. En Octubre, Mercedes fue entregada a la familia de Liliana. El 18 de diciembre de ese año se tuvo la última información de Liliana, fue desaparecida. El papá de Liliana dio testimonio en el Juicio a la Juntas de 1985. La familia fue querellante en los juicios a Miguel Etchecolatz, al cura Von Wernich y en el proceso por el denominado Circuito Camps.

Liliana tenía 25 años.

Francisco Alfredo Escamez Ruarte

Alfredo nació el 25 de mayo de 1953 en el departamento de Las Heras, en Mendoza. En esa localidad creció y allí conoció a Gisela Tenembaum.
Alfredo estudiaba ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), en Mendoza, a unos metros de aquí. Trabajó como chofer de taxi y fue activista gremial en ese sector. Para 1975 trabajaba como viajante.
Cuando Gisela tenía 16 años y Alfredo tenía 18, en 1971, comenzaron su relación de pareja. Formaron parte de la Juventud Peronista (JP), tuvieron militancia universitaria y se unieron a la organización Montoneros. En momentos de aumento de la persecución, debieron pasar a la clandestinidad.
Gladys Escamez, hermana de Alfredo, recuerda a la pareja “con ideales” realizando trabajo solidario en los barrios vulnerables de Mendoza. Heidi Tenembaum, hermana de Gisela, relató que anunciaron que se casarían en marzo de 1976, sin embargo, en febrero de ese año, sufría una fuerte persecución y debieron dejar la provincia, se radicaro en San Juan.
Alfredo consiguió trabajo en una mueblería de San Juan, pero el 27 de octubre de ese año cayó en manos de la represión, en un operativo de ataque a una cita: Alfredo decidió reemplazar a Gisela y asistir él al encuentro con un contacto que se presentaba riesgoso. Alfredo fue al lugar, en Desamparados, lo secuestraron y desaparecieron. Según información de dos diferentes fuentes, Alfredo fue trasladado a Mendoza y pasó por el Departamento de informaciones 2 de la policía (D2). No se supo más de él.
Meses después, Gisela volvió a Mendoza, afectada, y fue víctima del operativo de abril de 1977 contra la JP.
Alfredo tenía 23 años.

Narrativas de Memoria IV: presentan dos libros mendocinos sobre derechas católicas y luchas en educación durante la dictadura 

30-09-2024 | En el mes aniversario del EPM ex-D2, presentamos la cuarta edición de una propuesta que busca compartir escritos relacionados con las experiencias de la militancia y la represión en el pasado reciente. El 6 de septiembre a las 18:00 en el EPM será el turno de dos publicaciones colectivas, compiladas por especialistas.

Narrativas de Memoria es una propuesta que, desde 2021, tiene como objetivo compartir obras literarias y académicas sobre militancia, represión, dictaduras y resistencias en el pasado reciente. En esta ocasión, Narrativas de Memoria IV abre lugar a dos publicaciones colectivas: una sobre educación, represión y resistencias en la década de 1973 a 1983 y otra sobre las prácticas de las derechas católicas mendocinas desde mediados del siglo XX. Será el viernes 6 de septiembre a las 18:00 en el Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos ex-D2, en el marco de su 9.° aniversario.

El primero de esos libros se titula Educación en Mendoza (1973-1983). Lucha, represión, dictadura y microrresistencias. Lo presenta la comunicadora social y delegada de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Natalia Brite. Fue compilado por Patricia Chaves, Alejandro Paredes y Laura Rodríguez Agüero y, con foco en el campo educativo, la obra analiza cómo la última dictadura buscó transformar el futuro de la educación hacia un orden sin democracia ni opositores.

Los artículos fueron escritos por Adriana Flores, Alejandro Paredes, Analía Tirado, Eduardo Ribó Bastian, Gustavo Nieto, Laura Rodríguez Agüero, Leandro Martín Ortega, Lourdes Murri, Luis Leonardo Gregorio, Marta Remón, Natalia Baraldo, Patricia Chaves, Patricia Benito, Paula Baigorria Bernal, Paula Ferreira Ruiz, Sonia Barcia, Susana Blejman, Susana Duci y Violeta Ayles Tortolini. Se puede descargar de manera gratuita. 

El segundo libro será presentado por la docente de Filosofía y militante feminista alejandra ciriza. Se titula Prácticas intelectuales y políticas de las derechas católicas en Mendoza desde mediados del siglo XX hasta nuestros días  y fue compilado por Marcos Olalla y Laura Rodríguez Agüero. Aborda el alcance de académicos tradicionalistas católicos en Mendoza en la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI, con especial atención a sus formas de identificación política, sus redes académicas, su influjo en el ámbito público provincial, nacional e internacional, y la incidencia de su ideario conservador y reaccionario en la construcción de la idea de enemigo interno en la década del 70.

También está disponible para ser descargado. Contiene artículos de Laura  Rodríguez  Agüero, Lourdes  Murri, Alejandro  Paredes, Marcos  Olalla, Mariano  Troiano, Leonardo  Visaguirre, José  Ernesto  Bianchi y Paula  Ferreira.

Abrió la inscripción para la tercera cohorte del curso de pedagogía de la memoria con puntaje docente

05-08-2024 | A partir del 4 de septiembre, el Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos de Mendoza ex-D2 dictará el tercer curso de formación docente, con puntaje y gratuito, sobre pedagogía de la memoria. Serán 8 encuentros, los miércoles por la mañana, algunos virtuales y otros presenciales. 

El Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos ex-D2 abrió la inscripción para la tercera cohorte del curso “Enseñar el pasado reciente: enfoques conceptuales y metodológicos desde la pedagogía de la memoria”. Está destinado a docentes de todos los niveles y cuenta con puntaje de la Dirección General de Escuelas. Algunos encuentros serán virtuales y otros presenciales, en el ex-D2 y en la ex Comisaría Séptima. Si bien es gratuito, la organización solicita a quienes se inscriban donar una caja de leche para un comedor popular. Las inscripciones cierran el 28 de agosto.

Más de treinta docentes completaron esta formación en ediciones anteriores. La propuesta invita a reflexionar sobre la última dictadura cívico-militar (1976-1983), la democracia, los genocidios del siglo XX y la pedagogía de la memoria. Las instancias serán evaluadas mediante un coloquio grupal y cada participante deberá presentar un proyecto áulico que dé cuenta de la apropiación de saberes. Además, deberán acreditar un 75 % de asistencia. 

Serán 8 encuentros, a partir de las 9:00, todos los miércoles desde el 4 de septiembre y hasta el 23 de octubre. Se dictarán cuatro módulos. El primero abordará la pedagogía de la memoria; el segundo, el contexto histórico y el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”; el tercero, el concepto de genocidio y sus alcances sociales; y el cuarto, los recursos didácticos para la enseñanza de la historia reciente. Además habrá recorridos guiados por dos ex centros clandestinos de detención: los actuales espacios de memoria ex-D2 y ex Comisaría Séptima. 

El curso tiene como objetivo comprender la relación entre distintos saberes —escuela, conocimiento, memoria— para transformar las representaciones sociales sobre estos temas y las formas de enseñarlos. El recorrido de saberes que ofrece esta capacitación permite a las y los docentes apropiarse de herramientas conceptuales, pedagógicas y didácticas para enfrentar la compleja tarea de enseñar el pasado reciente. 

La propuesta formativa fue elaborada por profesionales de distintas disciplinas: psicopedagogía, sociología, ciencias políticas y derecho. El equipo docente, por su parte, está integrado por ese grupo de profesionales y también por sobrevivientes de la dictadura e integrantes de los organismos de derechos humanos de Mendoza. 

Inscripciones al curso de formación docente (hasta el 28 de agosto): https://forms.gle/67woQizLqHhXZNZE9

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Teatro, infancias y dictadura: llega a Mendoza “Compañero osito”

7-5-2024 | La compañía chilena de artes itinerantes Viaje creative presentará en el EPM esta obra teatral que narra las historias de niñas, niños y niñes durante la dictadura de Pinochet. Será el viernes 10 de mayo a las 18:30.

Desde la ciudad de Punta Arenas, Chile, llega a Mendoza la compañía de artes itinerantes Viaje creative para presentar la obra de teatro Compañero osito: memorias de niñez en dictadura. Tendrá lugar en el EPM (Belgrano 179, Ciudad de Mendoza) el viernes 10 de mayo a las 18:30. La entrada es libre y gratuita, como todas las actividades de nuestro sitio, pero el grupo pasará la gorra a la salida, para continuar su gira.

Compañero osito es una obra de teatro que narra las historias de niñas, niños y niñes que habitaron la Patagonia chilena durante la dictadura cívico-militar. En algunos casos fueron testigos de la prisión política de sus familiares y transitaron momentos de ausencias, retornos y resistencias. La obra pone en valor la perspectiva y memoria política de la niñez de la época. Desde la memoria colectiva, política y emotiva, los públicos son invitados a reflexionar sobre las temáticas de justicia, reparación y derechos humanos. 

La compañía de artes itinerantes Viaje creative inició una gira arriba de su casa rodante, para mostrar y vincular su trabajo escénico en las diferentes localidades que van visitando. El proyecto, que comprende itinerar por América Latina, se encuentra en este momento en Argentina y visitará Mendoza luego de pasar por Neuquén.  

Masiva convocatoria por el 24 de Marzo: “NUNCA MÁS ES AHORA”

25-03-2024 | A 48 años del golpe de Estado, los Organismos de Derechos Humanos de Mendoza expusieron el documento en el que se plasmaron análisis y reclamos en el contexto actual. A continuación, el escrito completo leído en el acto.

A 48 años del golpe de Estado: ¡NUNCA MÁS ES AHORA!

Desde hace 48 años, quienes sufrimos la represión de la dictadura genocida en nuestros cuerpos y vidas, nos organizamos para conformar el potente movimiento de derechos humanos de Argentina. Somos un movimiento que nació buscando a nuestros seres queridos en comisarías, cuarteles, sedes gubernamentales y religiosas. Madres y Abuelas encabezaron la lucha por “Aparición con vida” y “Libertad a las y los presos políticos”. Desde entonces esas fueron nuestras banderas, y ellas señeras. Luego, peleamos por el Juicio y Castigo y por la restitución de las infancias apropiadas. Logramos el Juicio a las Juntas. Peleamos por llegar a cada escuela y rincón de la patria dando testimonio del genocidio. Luchamos aún en épocas de impunidad, de obediencia debida, de punto final y de indultos. Llegamos al 2001 unides al movimiento obrero, estudiantil, a las organizaciones sociales y culturales. La población empobrecida, hastiada de tanta corrupción y manoseo, se hizo escuchar ante la tragedia que significó el modelo neoliberal impuesto desde el 24 de marzo de 1976 y, en diciembre de 2001, dijo “¡basta!”: el pueblo sublevado en las calles expulsó al mal gobierno.

Desde entonces nuestra lucha se revitalizó, nuestras banderas de Memoria, Verdad y Justicia se hicieron anchas. Fue un estándar inevitable para recuperar DIGNIDAD y perfilar un proyecto de país con más justicia social. Nuestras voces empujaron a que se bajasen los cuadros de los genocidas, que se derogaran las leyes de impunidad y que la Justicia Federal debiese juzgar a los represores, tanto los de las fuerzas armadas y de seguridad como los represores civiles de su propio poder judicial. Llegamos a todas las escuelas, abrimos espacios de memoria, señalizamos cientos de centros clandestinos de detención, tortura y exterminio y otros lugares utilizados por el terrorismo de Estado, y nos encontramos con más hijos e hijas cuya identidad había sido robada.

En Mendoza hemos recuperado parcialmente dos sitios para la Memoria: El Espacio para la Memoria ex-D2 y la ex Comisaría Séptima de Godoy Cruz, centros clandestinos de detención por donde pasaron cientos de compañeras y compañeros desaparecidos y, también, sobrevivientes. Hemos señalizado doce sitios que fueron centros clandestinos de detención, tortura y exterminio en diferentes puntos del territorio provincial. Llevamos trece juicios por delitos de lesa humanidad en el marco del genocidio perpetrado por el terrorismo de Estado: doce con sentencia y uno en curso. Ya son más de 110 las condenas por estos crímenes, incluyendo la condena a cuatro magistrados federales. Hemos restituido la identidad de dos nietos y tres nietas. Llegamos a miles de jóvenes cada año a través de los recorridos en nuestros Espacios de Memoria y también yendo a sus escuelas.

La tarea es ardua y continúa.

Quienes fuimos protagonistas de la lucha política en los 70 y luego sufrimos detenciones, torturas, abusos, muerte y desaparición, pusimos y ponemos el cuerpo. Quienes peregrinamos por respuestas, nuestras madres, abuelas y familiares, pusimos y ponemos el cuerpo. Quienes crecimos en la impunidad de los 90 y salimos a exigir Juicio y Castigo, pusimos y ponemos el cuerpo. Los hijos e hijas de represores que conocieron de cerca aquel horror, espantados, desobedeciendo, se han sumado solidariamente a nuestra causa, pusieron y ponen el cuerpo. A esta cadena infinita, le llega un eslabón más: ¡Les NIETES están de pie, de cuerpo entero, inscribiéndose en el legado de sus abuelas y abuelos! Lo celebramos con inmensa alegría, ratificamos que la lucha continúa y, a pesar de la nueva embestida que intenta negar nuestras historias, hoy estamos en las calles junto a organizaciones sociales y partidos populares, gritando: ¡Nunca más es ahora!!

CONTEXTO NACIONAL

¡Nunca más es ahora! Cuando el gobierno de Milei, que llega al poder de la mano del Partido Militar, intenta negar a las y los 30000 detenidos desaparecidos y a nuestras historias. Cuando intenta instalar discursos negacionistas y discursos de odio que atentan contra la institucionalidad democrática. Cuando, a través de sus declaraciones y decisiones políticas, demuestra su voluntad de tener, una vez más, a las fuerzas militares en las calles.

¡Nunca más es ahora! Cuando a consecuencia de la incitación al odio y a la violencia por parte de Milei, volvemos a sufrir actos de violencia y persecución, como por ejemplo el cobarde atentado contra la integridad que sufrió en los últimos días nuestra compañera de H.I.J.O.S. ¡Nuestro repudio a este acto infame de intimidación y violencia! ¡No nos van a amedrentar! ¡Dijimos NUNCA MÁS!

¡Nunca más es ahora! Cuando se aprueba un “Protocolo de Seguridad” que viola principios constitucionales básicos como el derecho a la protesta y el derecho a la libre expresión. Cuando instala la idea de un enemigo interno y demoniza a cualquiera que se oponga al plan neoliberal que viene a ejecutar en nuestra Argentina. Dice Milei que desea “reconstruir” la Argentina. En realidad, quiere volver a 1900, para reinstalar un régimen de autoritarismo, tiranía y, por supuesto, represión; a favor del poder económico en manos de pocos.

¡Nunca más es ahora! Cuando a través de sus infames DNU y Ley Ómnibus, demuestran que, para este Gobierno, la política consiste en ajuste y represión. Queda a las claras que “la casta” son las personas jubiladas y pensionadas, las personas con discapacidad, las y los trabajadores, las mujeres y diversidades, los pueblos originarios, las personas migrantes, campesinas y trabajadoras rurales. Que “ir contra la casta” es ir contra la salud pública, contra la educación pública, desfinanciar las universidades y dejar la producción científica en ruinas. Es detener la obra pública, dejando en la calle a miles y miles de trabajadores subcontratados e implementar un plan estructural despidos para los trabajadores del Estado, vulnerando sus derechos. La “casta” para Milei son los sindicatos, a quienes trata como sus enemigos; y los institutos públicos de protección y comunicación de la democracia. También son “casta”, para el Presidente, el cine, el teatro y la música, y por eso quiere eliminar los mecanismos que regían para el autosostenimiento y desarrollo de la producción cultural nacional.

¡Nunca más es ahora! Cuando se pretende un pacto con las provincias, un pacto para el saqueo, derogando las leyes de tierras, manejo del fuego, de glaciares, de bosques. Más extractivismo y menos democracia. Y aquí en Mendoza, Cornejo lleva la vanguardia con el Código Minero que las Asambleas del Agua vienen denunciando. Esto es ganancia para las grandes transnacionales mineras, petroleras y del agronegocio. Todo esto resistido por las poblaciones y movimientos populares y de pueblos originarios que saben de la necesidad de cuidar los ecosistemas para la supervivencia de todes y por lo cual son perseguidos.

¡Nunca más es ahora! Cuando la sociedad es arengada con motosierras, portación de armas y represión basada en odio y oposición a lo distinto: las personas mayores, las niñeces, las mujeres y diversidades, las personas con discapacidad, las enfermas, lo diferente, los marrones. Sus discursos de odio habilitan la crueldad en lugar de la convivencia en la diversidad, alimentando el individualismo, negando el colectivo social, impulsando el egoísmo y la deshumanización de cada persona. Ante esto, decimos que somos colectivo y que, desde este abanico que componemos, ¡resistimos y seguiremos resistiendo! 

¡Nunca más es ahora! Cuando el Gobierno Nacional intenta retroceder en la conquista de los derechos de las mujeres y diversidades. Denunciamos la eliminación de los espacios institucionales que existían para garantizar derechos y para eliminar las violencias y las discriminaciones que subyacen los femicidios y los transfemicidios, que no paran. ¡30400 detenides/desaparecides están presentes!

¡Nunca más es ahora! Cuando peligrosamente planifican la intervención de las fuerzas armadas en las calles para el control de la población civil ante un plan económico impuesto desde la dictadura cívico-militar-eclesiástica de 1976.

¡Nunca más es ahora!

CONTEXTO PROVINCIAL

En el contexto provincial se siguen negando nuestras demandas en materia de políticas de Memoria y de otras agendas de derechos humanos, mientras se continúa avanzando con una política criminal selectiva y estigmatizante.

No tenemos aún una respuesta para lograr la institucionalidad plena del Espacio para la Memoria ex-D2 y de la ex Comisaría 7.a. de Godoy Cruz. La provincia sigue sin adherir a la Ley nacional de sitios de memoria n.º 26691 y seguimos sin tener una ley provincial que regule el Espacio para la Memoria ex-D2.

En el último tiempo, el presupuesto en seguridad ha crecido exponencialmente, en detrimento de otras áreas, como educación y salud. Alarma la intervención de las fuerzas represivas desproporcionada en contextos de ejercicio de derechos, a efectos de amedrentarnos, tal como sucedió hace unos días con los trabajadores municipales de Godoy Cruz.

Desde el año 2018 está en vigencia el Código Contravencional, que criminaliza el derecho constitucional a la protesta y legitima el uso de la fuerza; lo que se suma al uso del Código Penal, que también se invoca, para reprimir con cárcel actos de libertad de expresión —mediante la interpretación forzada de su artículo 194—. Todo ello de la mano de una justicia funcional que persigue y condena con llamativa celeridad. Repudiamos la condena y persecución contra Lorena Torres y Martín Rodríguez, Nélida Rojas, su familia, y a los más de sesenta delegados de la organización Túpac Amaru, la persecución a Nora Moyano, Raquel Blas, Micaela Guiñazú, Ernesto Huerta y tantas y tantos otros a quienes se intenta condenar como ejemplo de disciplinamiento. Todo esto es contrario al Estado de derecho. Nos preocupa especialmente la profundización de estas prácticas, propias de Estado terrorista dictatorial.

También se atenta contra la libertad de pensamiento y de expresión mediante la creación legislativa de figuras como la de los espías informáticos, que —sabemos— servirá para facilitar y ejecutar persecuciones ideológicas.

A todo esto se suma la larga historia de violencia institucional que tenemos en nuestra provincia, que no ha perdido vigencia alguna. Las cárceles y las comisarías siguen siendo espacios de tortura y de violación a derechos humanos. El Mecanismo provincial de prevención de la tortura ha sido desmantelado, los organismos de derechos humanos seguimos excluidos y la conducción del órgano sigue en manos de un exfuncionario cornejista.

En los barrios, además de todas estas violencias, el hambre es urgente. Consecuencia de las políticas de shock implementadas en tan solo en tres meses de gobierno, el impacto en el derecho a la alimentación de los sectores más excluidos ha sido arrasador. En los comedores comunitarios de Mendoza, el incremento escandaloso de la demanda por asistencia alimentaria contrasta con la quita de apoyo y la demora en la entrega de las raciones. ¡El hambre del pueblo no es ni puede ser una variable de ajuste!

Es alarmante la cantidad de mujeres jóvenes que desaparecen, mientras las políticas de protección de derechos de mujeres y diversidades se desfinancian y se recrudecen discursos contra los feminismos y sus luchas.

En Mendoza, la institucionalidad está diezmada. La apropiación de los órganos de control y la cooptación de la Justicia siguen siendo agenda de gobierno. El oficialismo maneja la Presidencia de la Suprema Corte de Justicia, la Procuración General y la Defensa pública. Conduce además el Consejo de la Magistratura. Maneja el Tribunal de Cuentas y la Legislatura. Y tampoco hay espacios jerarquizados para la protección y promoción de derechos humanos en el gobierno.

Con esta avanzada, el pueblo se queda sin recursos para denunciar los abusos de poder y las violaciones a derechos que están siendo consumadas por el poder político gobernante en Mendoza.

¡Ante este panorama opresivo y alarmante, hacemos un enfático llamado a nuestras y nuestros representantes, a los movimientos sindicalistas y a la organización popular a apropiarse de nuestras demandas y exigir también el pleno respeto por todos nuestros derechos!

CIERRE Y CONSIGNAS

Más de cuarenta años buscando y exigiendo “¡que digan dónde están nuestros y nuestras desaparecidas!”. ¡Queremos la restitución de todas y todos los nietos apropiados! Son cientos de personas que aún desconocen su verdadera identidad. Sabemos que existen archivos sobre todo lo actuado en la última dictadura, exigimos que sean publicados. 

También exigimos mayor celeridad y mejor asignación de recursos para que los juicios por delitos de lesa humanidad puedan seguir avanzando y lo hagan con mayor rapidez, para contrarrestar en todo lo posible los efectos de la inevitable impunidad biológica que nos acecha.

A 48 años del golpe genocida y 41 de la recuperación democrática, seguimos reivindicando el compromiso con la Verdad, la Memoria y la Justicia, como pilares principales para la construcción de una sociedad más justa, más libre y más soberana.

¡Nunca más ES AHORA! ¡La lucha continúa!

Exigimos:

¡Declaración de emergencia en derechos humanos ya!

¡El hambre es una emergencia ya!

¡La educación pública es una emergencia ya!

¡La salud pública es una emergencia ya!

¡El agua de Mendoza no se negocia!

¡La patria no se vende! ¡Plena vigencia de la democracia!

¡Abajo el DNU! ¡No toleraremos la Ley ómnibus!

¡No a las facultades extraordinarias para un gobierno nacional que solamente quiere hambrear al pueblo!

¡Basta de persecución y criminalización de luchadores, luchadoras y organizaciones sociales populares!

¡Basta de violencia institucional!

¡Justicia para el compañero Seba Moro, asesinado en el marco del golpe de Estado en Bolivia!

¡Derogación de los códigos contravencionales y de convivencia restrictivos e inconstitucionales!

¡No a la militarización de las calles!

¡Basta de persecución y quita de derechos a pueblos originarios!

¡Basta de discursos de odio y posturas negacionistas!

¡No a la impunidad de ayer y de hoy!

¡Libertad a los presos y las presas políticas!

¡Son 30 mil! ¡Y fue genocidio!

¡Treinta mil compañeros y compañeras detenidas desaparecidas!

¡Presentes! ¡Ahora y siempre!

Baldosas por la Memoria: décimotercera colocación, en la semana del #24M

18|03|2024 En el marco de las actividades en el mes y semana de la memoria, el EPM colocó una nueva baldosa en la explanada. Se hizo presente la compañera Gisela Tenembaum.

Estuvieron presentes miembros de la familia Tenembaum y también de familiares de Alfredo Escamez, detenido desaparecido en octubre de 1976 y cuya baldosa se colocará más adelante para que su hermana pueda estar presente. Heidi, la hermana de Gisela, colocó la baldosa.

Gisela Lidia Tenenbaum Markstein

Gisela nació el 4 de febrero de 1955 en la Ciudad de Mendoza. Creció en un hogar con fuerte compromiso social: con su madre, la recordada Madre de Plaza de Mayo, Helga Markstein; su papá Guillermo, y sus hermanas Heidi y Mónica.  El matrimonio militó en el partido comunista hasta el 76.

Gisela hizo la primaria en la escuela Ricardo Rojas, en la cuarta sección de Ciudad; y la secundaria en la escuela de bachillerato técnico químico industrial n°12 de Las Heras, actualmente colegio Capitán Vazquez. Luego comenzó la carrera INGENIERIA ELECTROMECANICA, en la UTN. Militaba en la organización Montoneros.

Estaba en pareja con Alfredo Escámez, estudiante también de la Universidad Tecnológica Nacional. Detenido desaparecido en octubre de 1976.

Guillermo repetía que su hija era “voluntariosa, muy empeñosa. En el colegio donde cursaba,  en la Esc. Química se  acostumbraba, en el último año, entregar tres medallas de oro: una para el mejor alumno del último año, uno para el mejor promedio de todos los años y otra para el mejor promedio en ciencias exactas, Ella se llevó las tres medallas de oro. Y durante varios años elegida mejor compañera, hacia natación y obtuvo el título de Campeona Argentina en estilo Pecho  durante muchos años sin que nadie logre su marca.

Helga decía: “nosotros, en la juventud, estábamos en el Partido Comunista, Guillermo tenía sus ideas políticas y las transmitía a Gisela y sus hermanas. Gisela jamás se unió al Partido, pero su forma de ser y pensar era  hacer algo por un mundo mejor”

La última vez que su familia la vio personalmente fue el 3 de abril de 1977. Posteriormente hablaron por teléfono ‒incluso el 8 de abril‒, Gisela los puso en conocimiento de que su compañera, Ana María Moral, había caído herida o quizás muerta a manos de la represión militar. También les contó que ella y Juan José Galamba, al oír disparos próximos, habían logrado escapar. Hasta el momento del asesinato de Ana Moral, Gisela tuvo contacto con sus padres. Pero luego de eso ya fue desaparecida.

Gisela tenía 22 años.

Una sobreviviente guio una inspección en el D2

08-03-2024 | En el marco del 13.º juicio por delitos de lesa humanidad de Mendoza, Irene Reyes fue convocada por el Tribunal Oral Federal 1 a guiar una inspección ocular en el D2, donde estuvo cautiva en el 76. Identificó la celda en la que durmió dos meses en el piso.

*Fuente: www.lesahumanidadmendoza.com

Tal como estaba convocado, jueces, jueza, el equipo de la fiscalía y de la defensoría, el equipo de acompañamiento a testigos víctimas y la prensa se reunieron a las 9:30 en la explanada del actual Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos, ex centro clandestino de detención D2. El pedido de este nuevo recorrido lo realizó la fiscalía luego de oír el testimonio de Irene Reyes de Romero en diciembre de 2023, momento en que la víctima describió unas celdas con ciertas particularidades. La mujer accedió a guiar la inspección ocular pautada para este 8 de marzo.

La testigo reconoció perfectamente el ingreso por la parte trasera del edificio. Al avanzar por los pasillos pudo identificar el calabozo donde la depositaron y durmió dos meses, siempre en el piso. En su momento tenía una reja que actualmente no existe y, deducen, posiblemente fue eliminada en alguna reforma posterior. Desde ese lugar ella observaba cuando personas vendadas y esposadas “bajaban” para ser torturadas y “subían” en peor estado. Irene Reyes caminó hasta el fondo y reconoció también las celdas donde probablemente haya habido “mucha gente” detenida a quien la testigo escuchaba.

Nunca pudo saber cuál era la celda de dimensiones mínimas donde la dejaron 24 horas apenas ingresó, sin agua ni comida. Allí solo entraba parada y apenas tenía una mirilla. Es, quizás, el mismo lugar que prostitutas y presas políticas nombran como “calabozo cero”.

Día de los Derechos Humanos en el EPM: recorrido, baldosas y música

12-12-2023 | El EPM celebró el Día de los Derechos Humanos el lunes 11 de diciembre. Hubo un recorrido guiado abierto, dos murgas y una nueva colocación de baldosas por la memoria. Hubo una marcada precencias de los nietos y nietas de las personas desaparecidas; y también del emergente organismo de derechos humanos, Nietes, que se suma al EPM.

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de Naciones Unidas —reunida en París— adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por eso, el 11 de diciembre se celebró el Día de los Derechos Humanos en el EPM con distintas actividades: un recorrido abierto a todo público guiado por sobrevivientes, toque en vivo de las murgas La batahola y La buena moza, y la colocación de cinco Baldosas por la Memoria.

El proyecto de Baldosas por la Memoria inició en 2020 y tiene como objetivo crear un mar de memoria en la explanada del EPM con los nombres de las personas desaparecidas o asesinadas por la represión, antes y durante la dictadura, de y en Mendoza. En esta ocasión, los nombres escogidos para agregar son los de familiares de personas que construyen día a día el Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos ex-D2. Sus historias de vida fueron leídas por nietos y nietas:

Rafael Carlos Espeche Díaz

Carlos Espeche

Carlos nació el 3 de enero de 1947 en la Ciudad de Córdoba. Creció en Guaymallén, Mendoza, con su padre, Rafael, y su madre —portuguesa—, Laura Díaz; también con su hermana, Laura, y su hermano, Alberto (Coco). Carlos era el más chico. A él no le gustaba el fútbol y soñaba con unir la fe cristiana con la actividad política en pos de un mundo mejor para las mayorías.

Fue a la escuela Guillermo Cano en la primaria y al Colegio Nacional Agustín Álvarez en la secundaria. En 1965 comenzó la carrera de Medicina en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y se recibió en 1972. Desde 1968, aún como estudiante, comenzó labores docentes en la cátedra de Anatomía, donde se desempeñó hasta que debió irse de la provincia, huyendo de la represión, en 1975. También fue jefe de residentes en el Hospital Central de Mendoza.

Se casó en 1972 con su pareja de juventud: Mercedes Salvadora Eva Vega, también médica recibida en la UNCuyo. Según datos de sus legajos universitarios (reparados y entregados a la familia en mayo de 2023), Carlos debió ser docente de Mecha en primer año. 

Tuvieron dos hijos: Ernesto en 1973 y Mariano en 1975. Vivieron en Guaymallén primero y en Las Heras después. Militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Se asentaron en el barrio Espejo de Las Heras, con el fin de tener allí participación comunitaria, donde se hicieron cargo del centro de salud 18 —que hoy lleva sus nombres— y se ocuparon de los problemas epidemiológicos derivados del servicio de agua proveído de tanque.

También militaron, antes, en el barrio San Martín, del oeste de la Ciudad de Mendoza, zona de basural reconstruida como barrio de la mano del sacerdote jesuita y tercermundista José María “Macuca” Llorens. 

En 1975, Carlos debió pasar a la clandestinidad, desde donde fue conocido como “Martín”. Acordó con su compañera tramitar la separación como medida de seguridad. Él se iría a Tucumán y ella seguiría la militancia de superficie y el cuidado de sus hijos. Mercedes fue secuestrada de su casa en junio de 1976 y permanece desaparecida. 

El 4 de abril de 1976, Carlos ya estaba en un campamento del PRT-ERP en la zona de Monteros, Tucumán. Esa noche iba en camino al pueblo de Santa Lucía, junto a un compañero y una compañera, en busca de remedios, alimentos y contacto con vecinos y vecinas aliadas. Dos grupos de tareas los interceptaron. En el primero cayó el compañero, Mariano; en el segundo cayó Carlos. La compañera Mirta —a quien conocían como “Susana”— intentó que siguiera camino con ella, pero los disparos fueron letales.

En el año 2014, restos de su cuerpo, recuperados por el Colectivo de Arqueología Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT), dieron positivo en el cotejo de ADN que hizo el Equipo Argentino de Antropología Forense con las muestras de Ernesto y Mariano Espeche. Así, los restos de Carlos fueron identificados en el llamado Pozo de Vargas, en Tafí Viejo, Tucumán.
Carlos tiene 3 nietos y dos nietas.

Carlos tenía 29 años.

Mercedes Salvadora Eva Vega

Mercedes nació el 15 de enero de 1948 en Mendoza. Su familia, históricamente instalada en la Cuarta Sección de la Ciudad de Mendoza, estaba compuesta por su madre, María Faliti; su papá, Mateo “Juan” Vega, y sus hermanos, Juan Carlos, Elina (Negrita) y Eduardo. Su nombre, Mercedes Salvadora Eva, fue elección de su padre, peronista y militante sindical de Agua y Energía.

“Mecha” o “Mechita”, como le decían, realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio San Pedro Nolasco, donde se recibió de maestra 1965. Luego comenzó a trabajar en la peluquería de su madre, ubicada en la casa familiar. En 1968, cuando tenía veinte años, ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo y en septiembre de 1974 obtuvo el título de médica.

Mercedes conoció a Carlos Espeche en su juventud. Él también estudió medicina. Según sus legajos universitarios reparados, en 1968 él era tutor de una materia de primer año y ella ingresó ese año, por lo que se deduce que tuvieron una relación de estudiante-docente. 

Se casaron el 5 de febrero de 1972 y tuvieron dos hijos: Ernesto en 1973 y Mariano en 1975. Cuenta Ernesto que “en la Facultad de Medicina compartieron la militancia. Allí era fuerte el PRT, al que pertenecían”. Mercedes y Carlos también compartieron militancia en el barrio San Martín de la Ciudad de Mendoza, junto al sacerdote jesuita tercermundista José María “Macuca” Llorens, quien realizó el bautismo católico a Ernesto en la “Iglesia de los pobres”. Muchas de las personas que estuvieron en ese grupo barrial —incluida Mercedes— fueron víctimas de la represión dictatorial en el llamado “Operativo antijesuíta”.

Mecha trabajó como médica en los hospitales Lencinas y Lagomaggiore. En 1974, la familia se mudó al barrio General Espejo, en Las Heras, donde se involucraron activamente con las problemáticas sociales y sanitarias de la zona. “Eran los médicos del centro de salud y vivíamos en la casa de al lado (…) De hecho ellos detectaron que el principal problema de salud del barrio tenía que ver con la contaminación del agua del tanque que proveía a la zona: infecciones, hepatitis y algunas enfermedades. Entonces instaron la organización comunitaria para lograr las obras de tendido de agua potable en el barrio.” El centro de salud n.° 18 hoy lleva sus nombres.

En 1975 el matrimonio decidió distanciarse como medida de seguridad ante la persecución e inteligencia de las que ya eran víctimas. El 7 de junio de 1976, Mecha fue secuestrada en su domicilio, de calle Ituzaingó de Ciudad, donde se encontraba con sus dos hijos, su madre y su hermano menor. Entraron y se llevaron a Mercedes con ropa de dormir, sin documentos, al grito de “no los vas a necesitar a donde te llevamos”. La metieron a un auto que Eduardo intentó perseguir, pero fue nuevamente embestido por la patota. No se supo nada más de ella. Carlos había iniciado, un año antes, un itinerario en la clandestinidad que lo llevó primero a Buenos Aires y luego a Tucumán, donde fue asesinado el 4 de abril de 1976 (sus restos fueron hallados en noviembre de 2014, en el Pozo de Vargas, Tucumán). 

Mercedes tenía 28 años.

Adriana Irene Bonoldi

Adriana nació el 10 de diciembre de 1953 en la localidad de San José, del departamento de Guaymallén, Mendoza. Creció en la zona de La Escorihuela, en Godoy Cruz, junto a su hermano, Nino, y su hermana, Dede. Tenía un especial talento musical, que le compartió su padre pianista, “El Biyi”. Su hermoso pelo era como el de Angelita, su madre, a la que casi no alcanzó a conocer porque murió prematuramente.

Cursó la primaria en la escuela Martínez de Rozas, donde compartió canto con Ana María Moral, víctima del terrorismo de Estado en abril de 1977. 

Adriana cursó la secundaria en el colegio del Magisterio de la UNCuyo, donde se recibió de maestra. Nino la describe como afectiva, brillante, con un enorme compromiso ético, espontánea, hermosa; una persona luminosa dotada para todo aquello que quisiera hacer. Adriana estudió piano en la Escuela de Música de la UNCuyo, tocaba la guitarra y cantaba. 

Dede recuerda que su vida —repleta de amores y desamores—  se transformó cuando, luego de muchos años de amistad, se enamoró de Marcelo Carrera. Se casaron el 15 de octubre de 1976 y militaron en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). “Puedo recordarlos felices, compartiendo la vida y la militancia como si todo fuera eterno. Aun en esos tiempos, de terrorismo de Estado, ese pacto fue incorruptible”. Colaboraban con la construcción de viviendas en la zona de La Estanzuela. Compartían militancia con la hermana de Marcelo, Mariú, y el esposo de ella, Rubén Bravo, quien también fue desaparecido.

Según sus compañeros y compañeras de militancia, la “Colo” era linda, muy atractiva, además de una pianista brillante. El Aula Magna de la Escuela de Música de la Universidad de Cuyo lleva su nombre. Una alumna de primaria la recuerda con “una sonrisa que llenaba el alma y un enorme encanto. Informal, juvenil, bonita, llegaba con su morral tejido con flores, sus zapatillas y sus jeans y lograba entusiasmar con la música a sus pequeños alumnos y alumnas”, que recuerdan “su juventud, su mirada diáfana, su alegría desbordante, el amor por la vida, el folclore, la música y su patria. Cantamos, en aquel último año de la primaria, ‘Y rasguña las piedras…’”, contó María Ester Correa.

El 1 de diciembre de 1976, luego de ese acto escolar, Adriana fue secuestrada en la calle, en Godoy Cruz. Estaba embarazada de poco más de dos meses. Días antes, había sido secuestrado y desaparecido Marcelo. Su hijo o hija debió nacer en cautiverio.  

Adriana tenía 23 años.

Marcelo Guillermo Carrera Jáuregui

Marcelo nació el 3 de noviembre de 1955 en la Ciudad de Mendoza. Creció en su ciudad natal, con su madre, Ester, su padre, Guillermo, y su hermana mayor, María del Rosario —conocida como Mariú—. Ella recuerda que vivieron en una casa antigua, muy grande, donde “teníamos perros, gatos, una paloma, árboles, un horno… Era una casa siempre llena de chicos”

Marcelo era travieso, juguetón, buen deportista. Jugaba al rugby en el Mendoza Rugby Club; antes hizo natación en Regatas. También tenía interés en el arte: le gustaba el folclore, tocaba la guitarra, cantaba. Le gustaba mucho la música. 

Dice Mariú que era “rebelde, bonito, lúcido, con una enorme capacidad para hacer amigos. Toda la etapa más bella de mi infancia está directamente relacionada con él, fue quizás como el primer hijo que tuve, cuando tenía 5 años, era un muñeco de verdad. Mi relación con él ha sido y seguirá siendo franca, directa, como inseparables desde que nació. Íbamos al cine Astral que era de mi tío Aníbal Gutiérrez. Veíamos… ¡qué sé yo cuántas películas! Después armábamos la historia. La mesa era la carreta donde nos subíamos todos”.

Cursó la primaria en la escuela Videla Correas. La secundaria la hizo en el Colegio Nacional Agustín Álvarez y, luego, en el Instituto Pedagógico del Oeste. 

En 1973, Marcelo viajó a Buenos Aires.  Su cuñado, Rubén Bravo, lo puso en contacto con Sebastián Llorens y Diana Triay, del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Ya en Mendoza, inició su militancia en el entonces en basural ubicado en la actual zona de La Estanzuela, en Godoy Cruz.  

Trabajaba en YPF desde 1974. Según su legajo laboral, reparado en 2013 y entregado a la familia en 2015, el 19 de septiembre de 1975 Marcelo ingresó como Operario Auxiliar de 3.a, en sede de YPF en Godoy Cruz. Su contrato fue rescindido el 1.° de marzo de 1977, por “abandono de trabajo”. 

Estaba en pareja con Adriana Bonoldi, una joven profesora de Música, también militante del PRT. Vivían en la calle Democracia de Godoy Cruz. El 24 de noviembre de 1976, un grupo de tareas lo secuestró de su hogar y no se supo más nada de él. Días antes había sido secuestrado su cuñado y amigo, Rubén. 

Adriana denunció el secuestro y presentó un habeas corpus. Contó que vio que se lo llevaron cuatro hombres con armas largas en un auto oscuro, Falcon, sin chapa. Ella estaba embarazada de poco más de dos meses. El 1 de diciembre, cuando regresaba del acto de fin de curso en la escuela Burgos donde era docente, fue secuestrada y permanece desaparecida. 

Marcelo tenía 21 años.

Juan Humberto Rubén Bravo Zacca

Rubén nació el 17 de marzo de 1950 en Maipú, Mendoza. Creció allí con su mamá, Mabel, y sus hermanos. Desde chico se sumó a las tareas necesarias para el sostenimiento de la familia.

Hizo la primaria en la escuela Padre Vázquez de Maipú, y la secundaria en el Colegio Nacional Agustín Álvarez. Siempre estaba rodeado de amigos y le gustaba mucho jugar al fútbol.

Rubén era actor. Formó parte de numerosos proyectos, integró el elenco municipal, escribió y participó en obras de radioteatro transmitidas en Radio Libertador. Fue el primer  secretario general de la Asociación de Actores delegación Mendoza, en 1975. Dirigía el elenco  “La pulga”, del cual formaba parte su compañera de vida, Mariú Carrera, a quien conoció en 1973. También actuaban Osvaldo Zuin y Raquel Herrera, desaparecido y asesinada —respectivamente— durante la dictadura cívico militar. Ese grupo, luego, se sumaría a la militancia, desde el arte, vinculada con el PRT. Querían hacer llegar el teatro a donde habitualmente no lo hacía, que no fuese una cuestión de “salas” nada más. Eran trabajadores y trabajadoras del teatro. Como grupo teatral, vivieron en una casa conjunta un tiempo y luego se instalaron en la calle Ituzaingó de la Ciudad de Mendoza. A finales de febrero de 1976, se fueron a Buenos Aires unos días a denunciar allí cómo estaba cayendo la represión, desde antes del golpe de Estado, sobre la militancia del PRT.

El 21 de octubre por la noche, Rubén estaba en su casa de calle Corrientes, en la Ciudad de Mendoza.  Allí vivía con su madre, su esposa y su hijo, Nazareno, de 8 meses. Esa noche entró por la fuerza una patota de represores, incluidos agentes policiales del D2 y de la Comisaría 7.a, de la Policía Federal y del Ejército.

Rubén tenía 26 años.

Más fotos del Día de los Derechos Humanos en el EPM